Por Rubén Moreno Medina
martes, 30 de septiembre de 2008
La historia del magisterio nacional ha estado ligada a la propia vida del país, después de la revolución mexicana los maestros han sido una parte fundamental para la educación pública y gratuita en México.
Los maestros no deben olvidar su memoria histórica, por un lado participaron y otros lo siguen haciendo en las luchas por las mejores causas del país y por los que menos tienen, por el otro el origen de su sindicato ha sido el lado obscuro de su historia.
Con el ex gobernador de San Luis Potosí, Carlos Jonguitud Barrios, el SNTE se convirtió en un aparato político y caciquil, no pasaba nada sin la autorización de este líder sindical y Vanguardia Revolucionaria fue el instrumento interno para golpear, dividir e imponer el pistolerismo en contra de cualquier movimiento por democratizar al sindicato de los maestros.
Dejaron de defender e impulsar la educación pública en México y por consiguiente se olvidaron de las demandas más sentidas y los derechos laborales de todos los maestros; el más grande de los sindicatos en México y América Latina perdió su identidad magisterial, se convirtieron en un sector partidario del PRI y de esta forma, obtuvieron poder político y económico, lograron espacios partidarios, influencia nacional, candidaturas y por muchos años mediatizaron las demandas salariales en beneficio de su institucionalidad.
No sin antes mantener con el apoyo oficial el control y el reconocimiento de todas las secciones sindicales, los congresos magisteriales y avalar las políticas educativas de los gobiernos en turno. El SNTE dejo de ser un sindicato para convertirse en un grupo de presión con poderes fácticos tanto para el PRI como para el propio gobierno.
La herencia del cacicazgo sindical por parte de Jonguitud Barrios a Elba Esther Gordillo, después de la descentralización educativa impulsada por Miguel de la Madrid Hurtado, es parte de la trágica vida e historia del SNTE.
Los méritos para dejarle el poder de los más de 800 mil maestros de todo el país a una mujer como ella, fueron su actuar represivo en contra del movimiento democrático de los maestros del Valle de México y su fuerte protagonismo político al interior del propio sindicato.
Militante del PRI de tiempo completo, férrea defensora del nacionalismo revolucionario, en décadas pasadas presunta troskista; miembro del CEN del SNTE, secretaria de finanzas, y finalmente dirigente nacional del sindicato. En 1982 Senadora suplente y 1985 diputada federal por segunda ocasión, impulsora del Grupo San Ángel y en el 2000 diputada federal y coordinadora de la fracción parlamentaria del PRI en el Congreso de la Unión.
Poco después destituida, rompe con Roberto Madrazo Pintado y es expulsada del PRI; funda su partido- PANAL- , como dirigente vitalicia del SNTE hace alianzas políticas con la derecha y el PAN, para finalmente apoyar la candidatura de Felipe Calderón Hinojosa.
Nadie duda de su habilidad política y su perversidad, sobretodo para estar cerca del poder y así lograr sus ambiciones.
A la maestra Elba Esther Gordillo, el sindicato magisterial nunca le ha importado, mucho menos la educación en México y los derechos laborales de miles de maestros, el SNTE es su blindaje y el medio político que le sirve para presionar, debilitar a los secretarios de ecuación y para obtener todos los beneficios económicos e impunidad.
Con la fuerza política del sindicato, del control caciquil que mantiene sobre las estructuras sindicales y con el apoyo oficial del régimen actual, la maestra ahora también cuenta con un brazo partidario que le sirva para negociar electoralmente y chantajear a los gobiernos locales.
Impone dirigentes nacionales y candidaturas en el PANAL, los espacios políticos que tienen los utiliza para lograr acuerdos y negociar con el PAN, y por si faltará algo también impulsa a sus cuadros en puestos del gobierno federal.
Por lo mismo nadie dude que el gobierno de Calderón Hinojosa, en complicidad con Elba Esther Gordillo, fuera quien impuso el programa educativo "Alianza por la calidad educativa", sin consenso alguno con los maestros y como una propuesta del SNTE para que la propia Elba Esther lo cabildeara con los gobiernos estatales.
Quitarle un problema social a la actual administración y evitar que las protestas magisteriales golpearan al calderonismo en estos momentos es parte del objetivo. La burocracia del SNTE pensó tener toda la fuerza para contener cualquier protesta, sin embargo no midió y calculó que las protestas los fueran a rebasar, como sucede en estos momentos en diferentes partes del país.
Ayer lo hizo Carlos Jonguitud Barrios, con la llamada revolución educativa, hoy lo hace la maestra en alianza con el PAN, con un detallito, la "alianza por la calidad educativa" es un modelo educativo que violenta los derechos de los maestros y atenta en contra de la educación pública y gratuita en México.
Es falso, quieren tender una cortina de humo y confundir al movimiento de bases magisteriales, con el garlito de que su movimiento esta impulsado por algunos gobiernos o funcionarios públicos que buscan debilitar al SNTE y en consecuencia al PANAL.
La situación de la educación básica en México es compleja, difícil y grave, los niveles de calidad y muchos otros, son problemas que no están resueltos y que aún falta mucho por hacer.
Pero primero tanto el gobierno como el sindicato tienen la obligación de mejorar las condiciones de los maestros, así como el de la infraestructura educativa, para después tomarlos en cuenta sobre la implantación de cualquier modelo educativo y democratizar la vida sindical del SNTE.
En Puebla después de muchos años, los maestros nuevamente han tomado conciencia de la situación que enfrentan con las políticas educativas que trata de impulsar la derecha.
No es el Frente Estatal de Maestros, mucho menos la CNOC, tampoco el gobierno o Javier López Zavala, como se ha dicho, quiénes impulsan las movilizaciones de los maestros; tampoco la Coordinadora Democrática del Magisterio y el PRD, son los organizadores y dirigentes de las movilizaciones magisteriales.
El movimiento de los mentores poblanos, es un esfuerzo colectivo que empezó a organizarse desde abajo, con la participación de maestros de todo el estado y en la coordinación de bases magisteriales, existen diferentes expresiones políticas, no hay caudillos y muchos menos un mando.
Su movimiento es una expresión legítima y democrática, nace desde abajo y sus formas de comunicación son nuevas, así socializan toda la información, se comunican, reflexionan y asumen sus acciones.
La izquierda o el PRI no dirigen dicho movimiento social, no es una lucha local, cometerían un gran error el buscar controlarlo, porque lo fracturarían y esto es lo que buscan los caciques del SNTE.
En estos momentos su lucha se concentra por todo lo que representa y significa para ellos la imposición del proyecto de la alianza educativa.
Sin dejar de lado la responsabilidad y complicidad del SNTE y de su dirigenta vitalicia, Elba Esther Gordillo Esther Gordillo, que no dudará en reprimir las protestas del magisterio, ayer lo hizo en el Estado de México, hoy lo puede volver hacer, porque no es poco lo que se juega y representa para sus propios intereses.
El gobierno estatal no debe proceder con mano dura en contra de sus maestros, deberá buscar alternativas viables para mejorar la educación en Puebla, dialogar y tomar en cuenta a los maestros.