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jueves, 27 de noviembre de 2008

Noticia


La buena educación en México es cara, pero la mala es mucho más cara: Savater
“En general, todos los sistemas educativos tienen un problema, y México no es la excepción, por eso la buena educación es cara: grupos pequeños, profesores especializados, grupos de docente de apoyo para quienes tienen problema, y todo eso cuesta dinero, y la sociedad tiene que estar reclamando a los gobiernos, que no le importa el dinero que se invierta en educación en vez de que se gaste en otras cosas; por eso la educación tiene que ser prioridad social en cualquier país, pues es verdad que la buena educación cuesta cara, pero la mala educación se paga mucho más cara todavía”.
Así respondió el pensador y escritor donostiarra Fernando Savater (San Sebastián, 21 de junio de 1947) cuando se le interrogó si conocía el sistema educativo mexicano, y en su respuesta agregó que definitivamente “la conozco mal, pero lo conozco algo. El libro mío sobre el valor de educar fue destinado en primer lugar, antes que a ningún otro sitio, a los maestros de México, y estaba pensado en los maestros que vivían en zonas alejadas, marginadas, sin acceso a bibliotecas”.
Tras impartir la cátedra “Ciudadano sin miedo a saber”, Fernando Savater ofreció una ronda de preguntas y respuestas a los más de 500 espectadores que incesantemente querían saber más de su opinión de estilo agudo, incisivo e irónico.
Preguntar a Savater no fue una cosa fácil, pues los organizadores hicieron llegar fichas en blanco al público para que, por escrito, formulara su pregunta Para ello, estuvo Víctor Baca, quien fungió de “filtro” para decidir quién podría tener el privilegio de ser contestado.
Esta situación incomodó a muchos: que el crítico fehaciente sobre el tema de la legalidad y autor del libro Hermandad de la buena suerte, estuviera flanqueado por puros funcionario de tambaleante moral y trayectoria, cuando se supone que el acto fue organizado principalmente por el Centro de Estudios Mundiales sobre la Legalidad (Cemle), un organismo “apolítico”, que precisamente es dirigido por Ricardo Velásquez, el ex asesor jurídico del gobernador Mario Marín que llevó en la corte el caso Lydia Cacho.
A la izquierda del prolífico escritor, quien dijo “llevo más de 30 años viniendo a México a dar sermones”, estuvo Velásquez, y junto a ellos al secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala, mientras que del costado derecho, Alejandro Montiel, secretario de Cultura.
–¿Con qué calidad viene a hablarnos de ciudadanía y moral, cuando acepta un premio como el Planeta, que lo dio como ganador mucho antes de fallar, solapando un fraude?
–Bueno es que llevaba tres años dándome ganador, es decir, los tres últimos años había aparecido como que el finalista iba a ser yo, cuando no había presentado ninguna novela. Hombre, perfecto, sería lo más cómodo del mundo que me lo dieran sin haber escrito nada, pero de ahí vino mi convicción de que si yo quedaba finalista sin ninguna novela, si la presentaba ganaba seguro, y eso fue lo que hice, y gracias a eso inmediatamente me dieron el premio.
–¿Cómo influye la lectura como factor de mejoría social?
–Que les voy a decir, soy un lector irreverente, ahora mismo que regresé de la Biblioteca Palafoxiana, me sentí como en un paraíso. Borges creo que fue quien dijo: “Yo me imaginé el paraíso en forma de una gran biblioteca”, y fue justamente lo que sentí.
“Sinceramente no entiendo por qué la gente renuncia al placer de leer, no lo comprendo; muchas veces tengo que dar charlas estimulando a la gente a la lectura, y pienso que soy el menos indicado, porque no comprendo por qué a la gente no le gusta leer. No tengo argumento que dar a favor, cómo puede ser que alguien tenga esa posibilidad de multiplicar su alma, que ahora es tan limitado por la vida, el tiempo y el espacio. Es una excursión mental, la lectura, y creo que es importante y debe presentarse, ante todo placentero, y no como una obligación.
“Los padres y maestros bien intencionados se equivocan cuando dicen a los niños: ‘no veas la televisión, lee; porque pareciera que la tele es lo placentero y la lectura lo aburrido y obligatorio… yo creo que hay que dejar a los niños que entren a la lectura, por la vía del placer no es malo que empiecen a leer a Harry Potter, bienvenido sea; no pretender que los niños o jóvenes entren leyendo a Dante Alighieri o a Dostoievski, porque es una vía probable para que odien y huyan de la lectura”.
–¿Qué papel tiene la educación para la formación?
–No tengo conocimiento, y por muy ingenioso que sea mi opinión, no tendrían ningún valor si son temas que no conozco en absoluto; es como si me preguntaran algo de neurobiología o física atómica; todo lo que les diga serán tonterías.
“Cuantas veces hay gente que señala los males de la injusticia con toda claridad, porque existen, y luego proponen soluciones aun más disparatadas de las que hay en este momento, que no resuelven los males, pero sí los aumentan. Aquí la buena voluntad no va, ni el sentido justiciero, sino tener conocimiento y fundamento, para que tenga sentido”.
–¿Cuál es el ideario político del partido que acaba de formar y cuáles serían las diferencias básicas frente al PSOE –Partido Socialista Obrero Español?
–Nosotros, el partido que formamos hace año y pico, Unión Progreso y Democracia, obtuvo resultados buenos en las recientes elecciones, fuimos el cuarto lugar, tenemos una parlamentaria muy activa, Rosa Diz, por el sistema de la ley de reparto de votos.
“Nuestro partido es el que defiende la igualdad y la unidad dentro del Estado de Derecho, es decir, que no puede estar sometido a amenazas permanentes y a desigualdades de comunidades que tienen o no privilegios. Somos progresistas, apoyamos el campo de las costumbres y realidades sociales, actitudes de emancipación, igualdad, de no discriminación por preferencias sociales, y somos laicos, optamos porque en las escuelas publicas no haya injerencia religiosa de ningún tipo, que sean neutras”.
–¿Cuán importante es la ética para la formación de los jóvenes?
–El indicarles que la libertad tiene un sentido, la ética no es un código escrito, sino el propósito de reflexionar sobre el sentido que le daremos a nuestra libertad. Lo que la escuela pública puede transmitir son valores cívicos y no tanto sobre lo que es bueno y lo malo en la vida humana, porque eso es propio de la filosofía, sino cuáles son los valores mínimos que debemos compartir para vivir juntos.
–¿Cuál es la situación y cómo se puede pensar en ciudadanos a partir de un fraude generalizado en México, en 2006, que provino desde la parte jerárquica superior del poder?
–Los países deben tener sistemas para controlar lo que puede parecer un fraude y revertir las cosas. Lo que hace falta es continuar pensando que eso debe dar lugar a una reforma y a una regeneración en las próximas circunstancias, como ha ocurrido en EU, que tiene muchos problemas, pero de gran capacidad regenerativa. Lo que quiere cualquier persona que pretende gobernar o hacer que gobiernen otros, por medio de fraudes, es llevar optimistas y decir que no hay nada que hacer. Si queremos evitarlo, echarlo pa’ tras, seguir ejerciendo el voto y no dimitir ante una situación como esta.
–¿Qué opinión le merece el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)?
–Sinceramente, es verdad que hay situaciones de gente que quiere hacerse oír, no encuentra las formas y tiene que recurrir a veces a métodos no ortodoxos, incluso violentos, y es una llamada de atención a la sociedad.
“Ahora bien, las sociedades desarrolladas no pueden vivir pendientes de condiciones de excepción. Si no nos gustan las películas de Rambo, a pesar de que tiene muy buena voluntad y quiere imponer siempre su ley a los demás, buscar Rambos de izquierda tampoco es la solución. Yo creo que lo que hace falta es buscar mejores instituciones y no Rambos bien intencionados en un sentido y otro.
–¿Qué opina del gobierno de Puebla y el caso de Lydia Cacho, que también fue muy sonado en España?
–Pues que me preguntan cosas que no sé. Me preguntan cosas que son mucho pedir para mí, porque no tengo la información; creo que sería mejor si me preguntan de lo que pasa en España.
Una pila de fichas quedaron sin respuesta. Solamente contestó algunas. Después firmó más de 50 libros, y se tomó fotografías con todos los asistentse, como un rockstar.
Finalmente, otra de las inconformidades surgidas de esta mecánica de preguntas y respuestas fue que una de cada tres interrogaciones hechas al autor de Ética para Amador provinieron de un funcionario.

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